Independencia Nacional.
por Raúl Coronel @_raulcoronel
205 años después de aquella estremecedora madrugada del
quince de mayo, nos congregamos para festear y regocijarnos, gritando a todo
pulmón “Feliz día de la Independencia”
“Viva el bravo Paraguay”. Y por supuesto
que sí, este es el acontecimiento más importante que hemos vivido como
paraguayos, que nos llena de emoción y nos traslada a esa época, en donde
muchos estaban cansados de la opresión de la Madre Patria, pero tan solo unos
pocos tuvieron el valor de reunirse a escondidas para por fin poder dar el
golpe de independencia.

Leyendo algunos libros de historia e intentando hacer una
comparación con este tiempo, necesariamente me nacen algunas peguntas ¿Quiénes
son los nuevos revolucionarios de hoy? ¿Aún existen verdaderos valientes en
nuestro país? ¿En verdad sigue existiendo ese amor patriótico del que tanto nos
jactamos?
Ciertamente nos encontramos en otra página de la historia,
en donde a nuestro país le toca vivir distintos tipos de cambios, nuevos
problemas son los que afloran en nuestro andar, en nuestro vivir. Y
me atrevo a decir que, ahora esos
valientes héroes del pasado reviven en los jóvenes que luchan por una mejor
educación, en las manos del labriego que pasa los días arando en el campo,
surcando el destino de sus familias, en las madres que se entregan por completo
a luchar por el bienestar de sus hijos.
Y en verdad estamos viviendo nuevos tiempos en donde los paraguayos
nos sentimos capaces de levantarnos ante tanques de guerra, cansados de la inoperancia
de nuestras autoridades y las malas decisiones que tuvimos, al elegir a los
anteriores gobernantes.
Pero es imposible dejar de resaltar que aún estamos con
cuentas pendientes ante muchos problemas sociales, niños de la calle,
violaciones frecuentes a mujeres y menores, el feminicidio, la incapacidad de
pensar libremente sin presiones de ningún tipo de color o partido. Es ahí donde
nuestra Independencia pierde todo su sentido, y volvemos a ser esclavos de una
sociedad que tiende a depender de un gobierno que lo someta a pasar hambre,
precariedades y enfermedades.
Nuestro país necesita urgentemente ciudadanos que en verdad
se pongan la tricolor, no sólo para las fechas de festejos solemnes y eventos
nacionales. Debemos ser esos valientes que se atrevan a declarar una nueva
independencia, ser esos perseguidores de la verdad y justicia, que se enfrentan a incansables luchas, para demostrar
que nos merecemos mejores cosas, jugandonos por el tan anhelado bien común y un mejor
futuro.
Nos debemos a esos increíbles libertadores de nuestra
nación, a las increíbles mujeres que creyeron en nuestra raza y nuestro mañana.
Nos debemos a nosotros mismos, a nuestros hijos y a nuestros padres.
Tenemos el deber de forjar un país con un resplandeciente
sol que brille para todos los paraguayos.
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