Por Rodolfo Sosa. @rodplant14
Este día se conmemora internacionalmente el día del
trabajador. Cabe mencionar que el origen de tan importante fecha tuvo lugar en
Chicago, el 1 de mayo de 1886 cuando 200.000 trabajadores empezaron una huelga
de magnitud nunca antes vista con el fin
reclamar el horario de laboral de 8 horas y la optimización de las condiciones
laborales que en esa época eran deplorables e insalubres.
En nuestro país, también lo celebramos con júbilo y orgullo,
lo cual es totalmente prudente ya que el principal motor del país es la clase
obrera. Sin embargo, el trabajador paraguayo debe sortear varios obstáculos impuestos
por la desorganización política de nuestro país y a veces por la mala voluntad
de los empleadores, para cumplir con sus obligaciones laborales y llevar el pan
de cada día a su hogar.
En primer lugar debemos acotar la falta de transporte de
calidad que garantice al trabajador llegar de manera ágil y sin contratiempos a
su puesto de trabajo. Día a día vemos en las principales arterias de acceso a
la capital colectivos llenos hasta el tope, llevando personas en las
estriberas, personas que gracias a la suerte no terminan accidentándose por tan
extrema manera de viajar.
En adición a esto, tenemos aún en pleno siglo XXI, puestos
de trabajo donde las condiciones de trabajo y las políticas de seguridad
industrial y laboral son decadentes y casi nulas. Lo cual afecta a la dignidad
y salud del trabajador, quien cuando es víctima de algún accidente laboral, no
recibe asistencia en primera instancia de parte del empleador y mucho menos del
Estado, quienes están obligados por ley a promover un ambiente de trabajo
adecuado para cada obrero.
Otro aspecto también bastante importante y discutido es la
discriminación y el pisoteo de los derechos de la mujer trabajadora, a quien
varias veces vemos que no se la contrata o se la despide cuando se encuentra
embarazada, porque los empleadores la consideran “problemática” o un personal “no
profundamente comprometido” con las metas de la empresa. Si no respetamos las
prioridades de una madre, entonces ¿cómo podríamos considerarnos humanistas o
personas comprometidas con el desarrollo de la sociedad?
En una entrevista con la 970 AM , el abogado Francisco
Benítez Añazco, coordinador del Centro de denuncias de VIH/SIDA y Derechos
Humanos señaló que existen empresas que desvinculan a personal que tienen esta
enfermedad o incluso solo con sospechas de que estén contagiadas. Aseguró que este
tipo de discriminaciones poseen sanción pero ante la nula cantidad de denuncias
no se pueden aplicar ninguna de ellas a las instituciones discriminadoras.
Aquí en nuestro país, ante todos estos casos que atentan
contra la dignidad del trabajador y la Institución de Previsión Social yendo
desenfrenadamente a la quiebra, urgen las movilizaciones del sector obrero para
exigir políticas que solucionen estos graves problemas que no hacen más que
acrecentarse con el correr de los años. Y un ente que audite a las empresas
para hacer que se cumpla con la ley.
Exigir el respeto hacia los derechos y garantías de los
trabajadores producirá un efecto floreciente en la creciente economía nacional,
tal y como sucedió con los países que aplicaron la ley de las 8 horas de
trabajo luego del 1 de mayo de 1886.
El mundo no se mueve
solamente por los poderosos empellones de los héroes, sino también con la suma
de los pequeños empujones de cada trabajador honesto. – Hellen Keller.
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