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jueves, 14 de julio de 2016

Nuestro tiempo se agota

Nuestro tiempo se agota

por Camila Rolón. @camii_rofraa 

Es increíble como todo en este mundo está conectado. No importa el lugar, el tiempo al final todo cobra sentido. “Porque a veces lo simple es lo más complejo”
En el año 2006, el grupo británico Muse lanzo el álbum Black Holes and Revelations. La portada de este, nos muestra exactamente una realidad que nos azota directamente en estos días.


En la cara del disco podemos notar a cuatro hombres sentados; estos se encuentran jugando una partida de póker en un lugar desolado. Los sujetos, con peculiares atuendos representan a los cuatro males de la sociedad.
En primer lugar; vemos a alguien vestido de blanco con muchos símbolos en su ropaje, representando a la religión. Pero en esta ocasión, centrémonos en los tres sujetos que lo acompañan.
Al frente, vemos de espaldas al hombre cuyo traje contiene muchos  ojos, es una clara referencia al gobierno “que con su ojo todo lo ve y controla”; siguiendo, vemos a alguien vestido de dorado, este es el dinero o la preferencia por los intereses propios; por último se encuentra un joven vestido de espejos, imitando a los paneles solares que son los recursos naturales, mejor expresado la explotación de ellos. Lo interesante de estos tres jugadores, son las pequeñas acciones que realizan, por las cuales dicen muchísimo.
El dinero mira gobierno que es el próximo en el juego. El hombre de espejos mira fijamente al gobierno ya que de esté depende su destino. El hombre de espaldas debe decidir si termina el juego con lo cuál preservaría a los recursos naturales o si decide hacer caso a la mueca del dinero, de continuar finalmente acabaría con la naturaleza, dejándola en un estado inhóspito igual al lugar en donde se desarrolla el juego.

Esta metáfora es totalmente aplicable a lo que sucede actualmente en el Rio Pilcomayo. Somos testigos de las consecuencias tras años, inclusive décadas, de inconsciencia y desidia por parte de la mala administración de los recursos en el Estado.
En la red social Facebook se hizo viral un vídeo, mostrando la deprimente situación de unos yacarés atascados en medio del lodo, buscando desesperadamente el líquido indispensable para su supervivencia: El agua.



Luego de difundirse estas imágenes, miles de usuarios se exaltaron por el lamentable estado en el que se encuentran centenares de animales. Los grupos medioambientalistas convocaron a la ciudadanía para que esta accione antes de que la situación siga agravándose.
Todos estaban expectantes a la respuesta que podrían dar las autoridades por la problemática del río. Finalmente, el Senado declaró "Estado de Emergencia" en el Pilcomayo, solo faltaban las palabras del Señor Presidente.  
Esté, declaró a la prensa lo siguiente "Tenemos yacarés del 2001 al 2016. Hay varios modelos de yacarés" (sic). La ciudadanía tomo esto como una burla, otra metida de pata del mandatario quien tenía su reivindicación en el Informe de Anual de Gestión. Nuevamente, decepcionó a los paraguayos simplemente omitiendo este tema.
¿Nos están tomando el pelo? Si bien unos denunciaron "mal asesoramiento" es deber de todo líder informarse de lo que sucede en su territorio, contar al pueblo para que tomen conciencia, realizar autocríticas y buscar soluciones. Es imposible divisar el “nuevo rumbo” si nos quieren tapar el sol con un dedo.
En estos momentos, el río se encuentra en una situación crítica. El principal objetivo es encontrar la manera de que el agua fluya hasta el lugar afectado. Pero otra consigna debería ser evitar que esto ocurra más adelante.
Se estima que el torrente transporta al año 125 millones de toneladas de sedimentos. Con esta cantidad de materiales estancados es evidente que se obstruirá el paso del líquido. Por eso mismo,  las autoridades deben contratar a un grupo de personas especializadas que periódicamente examinen las circunstancias del río.
Pero esto no termina ahí. El principal deber como residentes de un pueblo es atender lo que sucede en nuestro territorio. Vivimos en él y, así mismo lo harán nuestros descendientes. Las cartas con las que maniobran en el juego simbolizan al pueblo.
En realidad la población tiene que ser parte de esa mesa como un jugador en vez de simples naipes. Son estas las cuestiones que deberían convocar a marchas multitudinarias, campañas de impacto social. Dejar el teclado y participar activamente en la restauración de los recursos naturales del país.
Reaccionemos ahora. Los acaudalados no descansaran ni se calmaran hasta que derrochar lo último que nos queda.

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