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martes, 10 de noviembre de 2015

Del barro al Arte. Alfarerías de Areguá.

Del barro al Arte. Alfarerías de Areguá.

Mi máximo logro como artesano es haber ingresado en el área de a la educación, 
y con mis conocimientos ayudar a los niños y jóvenes  
 a expresar y potenciar sus habilidades, su creatividad, 
hasta su desarrollo intelectual por medio del barro.

   Don Juan Carlos Maqueda.


   Cuéntenos acerca de su labor en este rubro…
   Y aunque no lo crean yo me dedico al barro y vivo de eso.
El barro (la arcilla), que es la herramienta principal para la realización de las obras, es la descomposición de las rocas feldespáticas, rocas que por la acción geológica de la  tierra pasaron a  transformase en un tipo de barro que hoy en día se pueden encontrar en diversos lugares del Paraguay.
   Existen varios tipos de arcillas, por ejemplo para dar color, si el barro es verde, quiere decir que existe en ella “óxido de cromo” en su interior, si es azul en ella habita el “óxido de cobalto”, si se obtiene el color rojo estamos hablando de “óxido de hierro”, si la arcilla es de color amarillento contiene “óxido de aluminio”. Es decir que el barro en su estado natural es un mineral puro y de un muy alto valor comercial que muy pocos conocen, y aquí en nuestro país no se aprovecha la abundancia de esta materia para su explotación, ya que solo lo utilizamos para la realización  de alfarería o cerámica (que no es la misma cosa, que más tarde explicare) y no avanzamos más de eso. Sin embargo en otros países también es utilizado para la alfarería y la cerámica, pero  su explotación .pasa a un nivel industrial masivo.

   ¿Quién le trasmitió sus conocimientos sobre el barro, sobre la alfarería?

   Yo provengo de una  familia tradicional de alfareros. Ricardo Pérez es el nombre de un español que llega al Paraguay aproximadamente en el año 1880, es él quien trasmite a uno de mis antepasados, Aurelio Maqueda, la forma de trabajo y las técnicas de uso para la transformación y adaptación de la arcilla en artesanías. 


 
   Hace 97 años mi familia abrió el taller antiguo de alfarería y desde ese entonces se convirtió en nuestro puchero cada día. Y esto va pasando de generación en generación, hoy en día mis hijos siguen con la tradición de la alfarería tradicional paraguaya, y seguramente se harán cago del negocio familiar, aquí también está mi nieta que  está aprendiendo este arte, que más allá del negocio se convirtió en un estilo de vida

¿Cuál es la diferencia entre la cerámica y la alfarería?

   Cuando hablo de alfarería, estoy hablando de una palabra árabe “Alfajar” (que hace referencia a la alfarería) es cuando el barro es cocinado a menos de 1000°C. Cuando hablamos de cerámica estamos pronunciando una palabra que proviene del griego “keramus” que se refiere al acto de cocinar al barro a más de 1000°c, y tener así un objeto.

   Con menos de 1000°c, existe un cambio físico, el barro se endurece; y con más de 1000°c hay un cambio físico y químico, en donde el barro adquiere hasta una forma por decirlo de alguna manera “vidriosa”. Lo que quiere decir que en Areguá lo que abunda es la alfarería, no así la cerámica.



Aparte de los conocimientos que heredo, ¿tuvo otras capacitaciones para saber más sobre la alfarería?

Tuve la suerte de
saber leer y escribir,  gracias eso fui becado al exterior en varias oportunidades para aprender la utilización del barro desde el punto de vista técnico. Estuve en la Escuela de Arte de Valencia, conociendo la cerámica como verdadero ARTE, en escuela de tecnología de cerámica MANISES, aprendiendo de la cerámica como tecnología, y becado por la OEA, hice estudios para conocer a la cerámica como cultura. Como dije antes, tuve la suerte de recibir varias becas en donde fui fortaleciendo mis conocimientos; lastimosamente todos mis estudios fueron solventados desde mi familia, y digo lastimosamente porque el Estado nunca presto atención al enriquecimiento histórico y cultural que recibía con cada estudio.

Tambien realice una pasantía en la empresa LLADRÓ, una empresa internacional de cerámica y porcelana fina, en donde pude expresar todos mis conocimientos sobre el barro.


   ¿En verdad se puede decir que la alfarería es rentable para subsistir?

   Hoy en día el barro permite entrar en varias partes de la vida que la gente desconoce.
   La alfarería es rentable en nuestro país, uno no se vuelve millonario con ella pero nos convierte en lo que en el Paraguay se conoce como “mboriahu rygatâ”. Con mi profesión pude sacar adelante a mis hijos, estudiaron y ahora son profesionales; a la vez ellos también se dedican a la alfarería y con sus ingresos van sacando adelante a sus familias.

   Hace  unos 35 años yo me dedico netamente a esto de manera constante, pero también imparto clases en algunos colegios de Areguá y Asunción, y de forma particular realizo enseñanzas a partir de un taller-escuela con el que voy por el país a lugares donde
soy invitado, de esta forma yo consigo transmitir mis conocimientos y ya si alguno de mis alumnos le interesa, puede abrirse al campo laboral con lo que aprendió.



   He impartido clases a personas que el día de hoy son ingenieros, educadores y artistas renombrados en nuestro país, que  a la par de ser profesionales cada uno en su ramo, también se dedican a la alfarería.


   Del barro uno puede crear pasta dental, lápiz labial, cremas faciales entre otras cosas, si el estado se involucrara en verdad sobre su importancia y alcance, un pequeño productor podría sostenerse con esta materia prima.


   ¿Cuál es el futuro de la alfarería en Areguá? ¿Cuál es su deseo para el futuro de la alfarería?

No quiero dejar que mis conocimientos mueran conmigo, ya me estoy haciendo viejo, es por eso que veo la necesidad de transmitir todo lo que mis manos conocen acerca del barro. Ya Dios me dio una nueva oportunidad que no creo que se repita.



Lo que más me apasiona es la idea de que con mis enseñanzas yo imparto cultura, enseño Historia,


Antropología (porque hablamos de todos los puntos de la alfarería, desde los habitantes nativos hasta en lo que se convirtió el día de hoy) y transmito el amor que yo tengo por mi patria.


Sí, es cierto, la porcelana es muy buena, la alfarería es muy buena y también la cerámica, pero mi máximo logro como artesano es haber ingresado en el área de a la educación, y con mis conocimientos ayudar a los niños y jóvenes  a expresar y potenciar sus habilidades, su creatividad, hasta su desarrollo intelectual por medio del barro.



   Gracias a la labor de Don Juan Carlos, podemos conocer la importancia del barro como materia prima y fuente de trabajo para muchos lugareños de Areguá. Así como su alcance Industrial para diversas producciones.


   De la misma forma podemos reconocer al barro como arte, y más que arte, como imágenes que cuentan historias y tradiciones de nuestra nación.





La Casona del Artesano.

    Denominada así por su diseño antiguo de influencia Alemana. Su historia comienza en Alemania, cuando la familia Begener huye de su país durante la Primer Guerra Mundial, hace un poco más de cien años, y se establecen en Paraguay.

   La familia Bagener construyo la Casona con sus propias manos. Inicialmente como una pequeña casa, con bases de escombros, y arenas de carbones naturales para absorber la humead, ya que la zona es conocida como “barrio húmedo”. Las paredes, los pisos y el techo tienen una antigüedad de cien años, y un valor importante ya que fue edificado por los integrantes de la familia.





La Casona fue  quedando en la familia como herencia. El último propietario absoluto fue uno de los nietos Bagener. Quien exploto la propiedad alquilándola a distintas personas. Fue ocupada varias veces por familias  y  también fue un Restaurante. Durante este periodo sufrió distintas modificaciones en las paredes y los corredores según las necesidades que los inquilinos demandaban. Hasta quedar en un estado de  abandono absoluto,





   La Construcción estuvo a punto de ser demolida por sus antiguos dueños, fue entonces cuando los lugareños apelaron a las autoridades del Municipio, para que la Casona quede como estaba, ya que forma parte de la Historia de la Ciudad. De esta manera la Casona es proclamada Patrimonio Cultural del Paraguay, y quedo a cuidado de la Municipalidad de Areguá.

Tiempo después la cadena de Supermercados Súper Seis, compra el predio, y lo reestructuran para convertirlo en  ¨La Casona del Artesano¨.

Actualmente la Casona recibe a todos los artesanos del Paraguay para exhibir y vender sus obras, sirve como nexo para la compra y venta de las artesanías. Ayuda a que los artesanos puedan exponer libremente sus obras  y reciben los beneficios de la protección de los mismos




   La alfarería de Areguá, nos sorprende con un sinfín de obras extraordinarias, en donde podemos apreciar la delicadeza, la paciencia, la entrega y el don de cada artesano, que se desvive por crear sus mejores obras.
 


    Apenas a una hora de Asunción, tenemos esta fabulosa ciudad que se pierde en tan majestuoso arte.

 

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