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jueves, 21 de abril de 2016

Senectud sinónimo de abandono.

Senectud sinónimo de abandono.

Por Rodolfo Sosa. @rodplant14

   Para los nativos guaraníes de la época precolombina, el adulto mayor era considerado como
sabio y su voz era relevante a la hora de analizar cuestiones que afectaban a su tribu. Eran
tratados con pleitesía dentro de la sociedad guaraní porque se tenían en cuenta todas sus
experiencias de vida como un camino hacia la sabiduría.

   Actualmente, en la República del Paraguay, los adultos mayores se manifestaron el pasado
sábado frente al Panteón de los Héroes para reclamar sus derechos constitucionales, la
actualización de los haberes jubilatorios y la cobertura de sus necesidades.


   Con una voz quebrada por la edad y por la indignación, la representante de la Asociación de
Adultos Mayores, Ida Sofía Díaz profirió una frase que conmocionaría hasta al corazón más
duro: “Aquí en el Paraguay los adultos mayores estamos muertos en vida”. En una sola oración
expresó la realidad de miles de personas de tercera edad en el país.

   El abandono que sufren por parte de la sociedad y del Estado no hace mucho eco por la
invisibilidad a la que son condenados aquí. Sus necesidades parecen ser tácitas ante los ojos
del Estado que, según el artículo 57 de la Constitución Nacional, está obligado en conjunto con
la sociedad y la familia a promover su bienestar mediante servicios sociales que cubran sus
necesidades básicas.

   Si hacemos un paralelismo con Suiza, un país que es considerado como “El Dorado” para la
tercera edad, notamos que los adultos mayores se desenvuelven con mucha independencia y
facilidad dentro de ese país. El gobierno suizo entendió que las personas de tercera edad
deben recibir una atención más solícita a sus menesteres para que puedan disfrutar de ese
periodo de vida por la que pasan sin más preocupaciones que recordar su contraseña de la
tarjeta en donde se les deposita su pensión y demás beneficios.

Según una descripción que leí en la web sobre el día a día de las personas ancianas en Suiza, se
los puede apreciar como ciudadanos normales que realizan sus actividades tal y como lo haría
una personal en el florecer de su vida. Van a eventos deportivos, a bibliotecas, al
supermercado, al hospital y todo por cuenta propia. Es lo menos que se podría esperar de un
país ordenado, civilizado y comprometido con la calidad de vida de sus habitantes.

   Es lamentable ver en nuestro país a gente de edad sumida en la extrema pobreza, sin
alimentos, medicamentos y sin consideración de su familia, recordando sus mejores épocas y
preguntándose en qué fallaron para merecer tanta miseria, para luego resignarse y esperar a
que llegue la parca y los haga descansar de tanta desidia y olvido.

    Rescatemos esa admiración que sentían nuestros ancestros guaraníes hacia los adultos
mayores, comprendamos que su presencia es bastante nutritiva para una sociedad que se va
desvalorizando y seamos conscientes de que no existe el elixir de la eterna juventud.

   Tengamos en cuenta que dentro de ese segmento de la población aún existen personas que
combatieron para que nuestro país nunca pierda su soberanía. Seamos agradecidos.

miércoles, 6 de abril de 2016

VIOLAR DERECHOS PARA RECLAMAR VIOLACIÓN DE DERECHOS


VIOLAR DERECHOS PARA RECLAMAR VIOLACIÓN DE DERECHOS   


En estos días y la semana pasada, los comerciantes frentistas de la avenida Eusebio Ayala, 
alegando su indignación y disconformidad acerca del Proyecto Metrobús llevado a cabo por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, cerraron dicha ruta como forma de protesta.

  Este grupo de manifestantes generó un caos en el tránsito que de por sí ya estaba bastante saturado por ser hora pico. Hubo ciertos choques de palabras entre frentistas y conductores que, encolerizados por el bloqueo, les dirigieron adjetivos de diversa índole para que despejen la ruta. Los manifestantes, sin quedarse atrás, respondían a estos insultos con gritos, silbidos y gestos, indicando que sólo defendían sus derechos e intereses.

   El problema aquí no es la manifestación de los frentistas, cooperativistas, campesinos ni otro sector en constante movilización, la cuestión radica en el lugar donde se concentran. Las rutas y avenidas.

   Estos sectores reclaman sus derechos pisoteando el de los demás. Según el artículo 41 de la Constitución Nacional, Los habitantes pueden transitar libremente por todo el territorio nacional. Esta ley claramente expresa que nada puede obstruir el libre tránsito y los manifestantes no son la excepción.

   Otro de los aspectos que indignan, es la vista gorda de parte de la Policía Nacional que no vela por cumplir y hacer cumplir las leyes nacionales. Durante este tipo de sucesos uno ve a la Policía al costado de la ruta simplemente observando de manera impasible cómo se viola la Constitución.

   El pasado jueves, se procedió a realizar la firma del contrato con la empresa adjudicada a llevar a cabo el proyecto Metrobús en las oficinas del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones. Una serie de preguntas me invaden luego de esta noticia. ¿Por qué nadie fue manifestarse frente al MOPC? ¿Por qué los frentistas no fueron a tomar medidas de fuerza allí para evitar que la firma del proyecto que tantas pesadillas les saca? ¿No son conscientes de que la lucha es contra el MOPC y no contra los demás ciudadanos?

   Estas son preguntas cuyas respuestas han de radicar dentro de la idiosincrasia del paraguayo, que sin duda, para demostrar su descontento con el gobierno dispara en contra de sus pares, esa gente que así como ellos también son trabajadores y sacrificados que, al igual que ellos también sufren de la inoperancia y la corrupción de los políticos.

   En el editorial de ABC Color del 20 de septiembre de 2008, se expuso acertadamente que No se debe sobreponer el derecho a manifestarse con el quebrantamiento de derechos de terceros como el libre paso y la integridad de los bienes públicos, propiedad colectiva y la inviolabilidad de la propiedad privada. Para peor, muchas veces estos actos de violencia son anunciados previamente, sin que las autoridades tomen medidas preventivas para evitarlos.

   Lo que como ciudadanos dentro de una democracia debemos entender es que mientras no se realicen las cosas como se deben, respetando las leyes y las normas de convivencia, nunca se logrará ningún objetivo trascendente ni mucho menos llegaremos al bien común que tan 
necesario es para el progreso íntegro de toda sociedad.